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El mundo hacker

En su obra de 2013 Biohackers. The Politics of Open Science, Alessandro Delfanti define al hacker como “un herético, un rebelde contra las instituciones y la burocracia, un hedonista que trabaja por diversión y por hacer del mundo un lugar mejor”.

Según la mitología comúnmente aceptada los hackers nacen en el Massachusetts Institute Of Technology (MIT), en Boston, USA, aunque rápidamente se diversificó y propagó debido a lo diversificada que resulta la industria del software que abarca desde departamentos universitarios y empresas hasta garajes, aunque todos comparten un mismo ethos: sentido de comunidad, libre circulación de la información, acceso a las fuentes, desconfianza en las autoridades centralizadas, creadores de belleza.

El movimiento hacker elabora su cultura a partir de los movimientos contraculturales de los años 60 del siglo XX. Delfanti cita diversos autore s que apuntan al surgimiento de un nuevo espíritu en el interior del capitalismo que recoge los valores de carácter libertario y hedonista que surgen en 1968 y que reorienta la praxis capitalista hacia valores claramente arraigados en el ethos mertoniano buscando de un bien común, no tanto por motivacion es religiosas tal como interpreta Weber, sino por conectar las ideas de progreso, futuro, ciencia y tecnología con ideas de solidaridad institucional, justicia social y también con ideales cívicos como la socialización de la producción, la distribución y el consumo.
Esta mezcla promiscua entre hippies y yuppies aunque resulte una amalgama de opuestos tiene un resultado coherente pues el hilo conductor es la creencia utópica en el potencial emancipatorio de las nuevas tecnologías de la información. Según esto la subcultura hacker, aun siendo un movimiento crítico nacido en el interior del capitalismo, seria también uno de los elementos que permiten su subsistencia, si bien diversificando el capitalismo en nuevos y complejos espíritus que ya no pueden pensarse unidireccionalmente.

En terminología Deleuziana podríamos decir que la cultura hacker es un movimiento rizomático y por tanto sin jerarquías, un plano de consistencia creado por la conjunción de diversas líneas de fuga con la intención de “exploración, […] producir lo real, crear vida, encontrar un arma”, una desterritorialización de las aspiraciones políticas de 1968 y una re-territorialización en el ámbito de la tecnología dentro de instituciones capitalistas.

Casos como el de Aaron Swartz, cuyo suicidio parece relacionado con las presiones recibidas tras hacer público en Internet el repositorio privado de documentos JSTOR como consecuencia de los valores hacker que acabamos de mencionar, indican que el movimiento hacker, a pesar de surgir en su interior, se plantea también como un movimiento de resistencia al capitalismo. El éxito obtenido en su convocatoria por impedir la aprobación de la Ley SOPA/PIPA (que pretendía regular las actividades en Internet) movilizando en dos semanas a 300.000 personas a través de Internet que mediante la elaboración de materiales online (infográficos, anuncios, artículos y reuniones) consiguieron modificar el voto del senador Ron Wyden. El hecho de que sitios web de referencia como Wikipedia, Reddit o Craigslist cerraran por un día en apoyo a esta movilización demostró que la cibersociedad no es una mera copia tecnológica de la sociedad sino una sociedad en sí misma y que ambas se sitúan en una confrontación ética efectuando dicha lucha con distintas armas: regulatorias por parte de la sociedad, de movilización cooperativa por parte de la cibersociedad.

Tomando esto en cuenta, la ética hacker conecta bien con la elevación de la vida cotidiana propuesta por Lukacs pues tiene sus mismos ingredientes: participación consciente en la lucha revolucionaria e introducción de categorías filosóficas y científicas en la cosmovisión cotidiana.
La mejor fuente de información para comprender en el movimiento hacker y sus conexiones con movimientos activistas como Anonymous es leer la obra Las mil caras de Anonymous de la antropóloga canadiense Gabriela Colleman.

En esta reseña hecha por el diario EL PAÍS podéis comprobar de qué trata la obra:

//Coleman narra a lo largo de casi 550 páginas, plagadas de aventuras, dilemas éticos, crípticos diálogos en chats secretos y vibrantes encuentros con los activistas que se esconden tras la máscara, la metamorfosis de un colectivo de trols tocapelotas que se convirtieron con el paso del tiempo en activistas políticos; nerds —frikis— que cambiaron la broma pesada y provocadora por una lucha por la transparencia, la libertad de expresión y los derechos humanos que en ocasiones les llevó a transgredir las leyes. Los objetivos de su lucha no dejan de evolucionar, son impredecibles: hace algo más de un mes, ni cortos ni perezosos, le declaraban la guerra al Estado Islámico.////Esta profesora de la Universidad McGill, en Montreal, se mantuvo conectada a los foros secretos de la organización durante cinco horas al día a lo largo dos años y entró en contacto con algunos de los más significativos activistas de una plataforma impermeable cuyos miembros se comunican de forma anónima a través de foros secretos de complicado acceso.//

Aún es frecuente usar el término hacker para referirse a delincuentes que, usando las habilidades propias de un hacker, cometen actividades ilegales.
La comunidad hacker prefiere usar el término cracker (de “crack”, romper) para referirse a aquellos que irrumpen en sistemas informáticos ajenos para robar información o para destruir el sistema, reservando la palabra hacker para describir a aquellos que usan sus habilidades a fin de proteger a la comunidad de usuarios de Internet.

El debate surge cuando los hackers se enfrentan a autoridades establecidas para defender la libertad de uso de Internet y la transparencia de uso de datos privados.

Una aproximación al mundo hacker
http://cienciasucia.com/post/146948171345/hackers

The Romanian Teen Hacker Who Hunts Bugs to Resist the Dark Side
https://www.wired.com/2016/05/romanian-teen-hacker-hunts-bugs-resist-dark-side

Freedom to Connect: Aaron Swartz (1986-2013) on Victory to Save Open Internet, Fight Online Censors
http://www.democracynow.org/2013/1/14/freedom_to_connect_aaron_swartz_1986

“Mr Robot”, serie de televisión
https://es.wikipedia.org/wiki/Mr._Robot_(serie_de_televisi%C3%B3n)

Hacking ético

“Llego a una oficina y me siento en un ordenador, como un empleado más. Entonces trato de acceder a sistemas para los que se requieren permisos especiales, que por supuesto no tengo. A veces cuesta conseguirlo, pero hay ocasiones en las que tardo poco. Otras veces entro en la sede corporativa de una compañía, me siento en el hall con mi portátil e intento romper los sistemas wifi para obtener datos confidenciales. Se sorprendería de lo vulnerables que son las redes inalámbricas”. Lo que cuenta Ángel García Moreno suena a delito. Lo sería si no fuera porque son las propias empresas a las que ataca quienes le pagan. Su trabajo es poner a prueba la seguridad de los sistemas de sus clientes. Es arquitecto de seguridad del área de Asesoría de Riesgos de Deloitte y, junto a otros 14 compañeros, forma parte del equipo de hackers éticos de la consultora.

Así se ha dado en llamar a quienes emplean sus extensos conocimientos informáticos para hacer el bien. Conocen las técnicas que usan los ciberdelincuentes. De hecho, dedican mucho tiempo a actualizarse con los últimos métodos de ataque que se van descubriendo. Y, aunque los tópicos les describen como una especie de freaks más bien huraños, de genios que hablan en un lenguaje ininteligible para el resto de seres humanos, ellos se consideran simples profesionales especializados en seguridad informática.

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esalud/privacidad/el-mundo-hacker.txt · Última modificación: 2017/04/19 08:06 por jherrero